Los aranceles que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, planea implementar tendrían un efecto económico adverso para los ganaderos mexicanos, afectando tanto la exportación de becerros a Estados Unidos como la venta de productos cárnicos.
En la actualidad, un becerro de unos 220 kilogramos tiene un valor aproximado de 1,000 dólares. Con un posible arancel del 25%, esto supondría un costo adicional de más de 200 dólares por cada cabeza de ganado.
Si se aplica un arancel del 25%, estaríamos hablando de aproximadamente 200 dólares adicionales por cabeza en impuestos, lo que representaría una carga significativa», calculó Homero García de la Llata, presidente de la Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas (CNOG).
Este aumento en los costos impactaría principalmente a las regiones del norte de México, aunque el mercado nacional, que continúa en expansión, podría ayudar a contrarrestar parcialmente los efectos negativos.
La posible imposición de aranceles del 25% a las importaciones de productos mexicanos hacia Estados Unidos está actualmente en pausa, y se espera una decisión a principios de marzo.

García de la Llata detalló que cada año se engordan alrededor de 6 millones de becerros en México, de los cuales aproximadamente 1.3 millones se exportan a Estados Unidos.
«Nos hemos reunido con los productores estadounidenses que compran estos becerros, así como con nuestros engordadores y exportadores de carne a México. También hemos trabajado con Canadá y con líderes de organizaciones ganaderas. En caso de represalias relacionadas con la carne y los becerros, todos saldríamos perdiendo», comentó.
Por ello, hizo un llamado a las autoridades de los tres países para que «analicen detenidamente las repercusiones» sobre los productores y, especialmente, sobre los consumidores, ya que esto encarecería los productos cárnicos, algo que «no beneficia a nadie».
El presidente de la Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas (CNOG) señaló que, aunque los pequeños productores no exportan directamente, también sufrirían las consecuencias de un arancel del 25%.
Esto se debe a que los precios que recibirían por el ganado en pie podrían disminuir, ya que los intermediarios buscarían compensar el costo adicional generado por el arancel.
‘Considero que este tema de aranceles no debería implementarse, ya que nuestras economías están completamente integradas. Estados Unidos nos envía 220,000 toneladas de carne de res, y nosotros les mandamos 280,000 toneladas. En términos de valor, es similar, ya que exportamos cortes más costosos’, destacó.
‘Espero que los temas políticos no aumenten las tensiones y podamos seguir disfrutando de los beneficios comerciales que tenemos’, añadió.
En el sector de la carne bovina, están involucrados casi un millón de ganaderos en la producción.