El financiamiento que impulsa las cadenas de suministro es esencial; sin embargo, muchas pequeñas empresas en economías emergentes y en desarrollo no tienen acceso a él, lo que les impide aprovechar las ventajas del comercio global.
GINEBRA/WASHINGTON, D.C. Las cadenas de suministro son el pilar del comercio internacional, representando más de la mitad del valor del comercio global de bienes. Estas cadenas no solo generan muchos empleos, sino que también facilitan la integración de países y empresas en la economía global. Sin embargo, la falta de financiamiento que las sustenta deja fuera a numerosas pequeñas empresas de economías emergentes y en desarrollo de los beneficios del comercio mundial.
Las redes de cadenas de suministro integran materias primas, componentes, servicios y otros recursos de diversas naciones; los productos suelen cruzar fronteras varias veces durante sus etapas de producción, distribución y venta. Para evitar desequilibrios entre pagos anticipados a proveedores y cobros tardíos de clientes, las empresas involucradas en estas redes requieren financiamiento a corto plazo. Este apoyo financiero es fundamental para el comercio internacional y aún más crucial para las pequeñas empresas en los países en desarrollo.
La financiación de cadenas de suministro resultó crucial para muchas empresas durante la pandemia de Covid-19, que trajo consigo disrupciones en el comercio y los mercados globales. Ante el cambio en el consumo, de entretenimiento y viajes hacia bienes tangibles, el incremento en la demanda y producción generó presiones de flujo de efectivo en industrias clave de las economías en desarrollo. Por ejemplo, los fabricantes de ropa requerían financiamiento inmediato para comprar más insumos, aunque los pagos de sus clientes se retrasaran. Los mecanismos de financiación de la cadena de suministro les permitieron obtener liquidez de manera inmediata, facilitando la gestión del capital de trabajo, la estabilidad operativa y la resolución de cuellos de botella en la oferta global.
A nivel mundial, la financiación de cadenas de suministro es uno de los sectores del crédito comercial con mayor crecimiento; el Informe Mundial de Financiación de Cadenas de Suministro 2024 de BCR estima su valor en aproximadamente 2.3 billones de dólares. Sin embargo, esta expansión aún no alcanza a todos. Las grandes corporaciones y economías avanzadas han integrado esta modalidad en sus redes de suministro, mientras que las empresas en países en desarrollo en gran medida permanecen al margen.
Para muchas de estas empresas, especialmente micro, pequeñas y medianas (mipymes), es sumamente complicado obtener financiamiento para sus cadenas de suministro a través de bancos locales. Los obstáculos incluyen marcos regulatorios inadecuados, infraestructura tecnológica limitada y altos costos de transacción, lo cual les impide crecer y desarrollarse, privando a sus países de los beneficios completos del comercio global.
Encuestas conjuntas de la Corporación Financiera Internacional y la Organización Mundial del Comercio revelan la magnitud de este problema. Incluso en países como Vietnam y Camboya, donde numerosas pequeñas empresas han logrado integrarse en cadenas de suministro en sectores como el textil y la electrónica de consumo, la falta de financiamiento adecuado representa un freno económico considerable, ya que estas empresas suelen depender del flujo de efectivo.
A pesar de que el 50% del comercio en estas naciones está vinculado a cadenas de suministro, al considerar únicamente aquellos sectores que cuentan con el respaldo de instituciones financieras locales, este porcentaje disminuye a un 0.5%. Esta situación implica que las empresas locales enfrentan no solo una presión financiera continua y tasas de abandono más elevadas, sino que también se ven incapaces de generar los recursos necesarios para invertir y avanzar en la cadena de valor.
Incrementar la financiación de las cadenas de suministro en los países en desarrollo puede traer consigo beneficios significativos. Según un estudio de la OMC, un aumento del 10% en la utilización del factoring internacional, que es la principal forma de financiación para estas cadenas y que las mipymes utilizan para obtener liquidez inmediata a cambio de facturas pendientes, podría resultar en una mejora del 1% en las cifras comerciales de estas naciones.
Un mejor acceso a herramientas de financiación para cadenas de suministro puede incrementar notablemente la participación en el comercio internacional, especialmente entre las mipymes de los países en desarrollo. Esto, a su vez, contribuirá a aumentar los ingresos, disminuir la pobreza y promover una mayor inclusión financiera.
Asimismo, los bancos multilaterales de desarrollo tienen un papel importante que desempeñar como catalizadores de la financiación de cadenas de suministro en estas naciones. Proponemos que estos prestamistas se comprometan a coordinar sus esfuerzos con los gobiernos, las asociaciones del sector y las instituciones financieras tanto locales como internacionales. Esta colaboración puede facilitar múltiples objetivos, como fortalecer los marcos legales para la financiación de cadenas de suministro donde sean insuficientes o estén ausentes, y aumentar la capacidad de las autoridades reguladoras y de formulación de políticas.
En segundo lugar, los organismos internacionales pueden facilitar la creación de estándares para la presentación de datos crediticios, normas de solvencia y mecanismos de supervisión, al ofrecer capacitación a los participantes del mercado y a los reguladores sobre las mejores prácticas globales. En tercer lugar, pueden fomentar la digitalización colaborando en el desarrollo de la infraestructura tecnológica necesaria. Cuarto, pueden proporcionar financiamiento y asistencia técnica a bancos y otros proveedores de financiación de cadenas de suministro en mercados emergentes, para aumentar la disponibilidad de estos productos.
A través de un esfuerzo conjunto, los organismos multilaterales, los gobiernos y las instituciones financieras pueden desbloquear el potencial de la financiación de cadenas de suministro, promoviendo así el comercio internacional y la inclusión financiera en las regiones más desatendidas. Para impulsar el desarrollo, incrementar la financiación de cadenas de suministro representa una oportunidad accesible que puede contribuir a una amplia gama de objetivos globales de desarrollo, gracias a su significativo potencial para generar mejoras en el empleo, el comercio internacional y el crecimiento económico.
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