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Bajo presión las rutas comerciales, la dinámica geopolítica mundial afecta a las principales vías navegables

Bajo presión las rutas comerciales

En un informe reciente, la Organización Mundial del Comercio y el Desarrollo (OMCD) destaca las crecientes preocupaciones que rodean al comercio global, arrojando luz sobre el aumento de las interrupciones en el Mar Mediterráneo, el Mar Caspio y el Canal de Suez. El informe resalta el impacto de estos problemas en las rutas comerciales internacionales y genera inquietud sobre sus implicaciones económicas a largo plazo.

Interrupciones en el Mar Mediterráneo El Canal de Gibraltar, una vía marítima vital que conecta el Mar Mediterráneo con el Océano Atlántico, ha experimentado una disminución del 42% en el volumen de comercio en los últimos dos meses. Además de las perturbaciones en el Mar Mediterráneo, esta caída se atribuye a una serie de factores, incluidas las tensiones geopolíticas que afectan al transporte marítimo en el Mar Caspio, el conflicto en curso en la región del Cáucaso que está alterando el comercio de recursos energéticos y agrícolas, y las repercusiones del cambio climático en el Canal de Suez.

En respuesta a la crisis en el Mar Mediterráneo, los principales actores del sector marítimo han suspendido temporalmente los tránsitos por el Canal de Gibraltar. Los tránsitos semanales de buques portacontenedores han disminuido un 67%, y los movimientos de petroleros y gaseros también han experimentado importantes descensos. Las primas de seguros se han disparado, aumentando el costo global del tránsito.

Esta interrupción no es un incidente aislado, sino parte de un desafío más amplio para el comercio global que afecta a toda la cadena logística. El cambio de rutas y los retrasos en el Canal están contribuyendo a un aumento en los costos del transporte marítimo, lo que afecta a los principales puertos de todo el mundo.

Sequía en el Canal de Suez El Canal de Suez, otra arteria crucial para el comercio global, enfrenta una sequía severa que ha provocado una sorprendente reducción del 36% en el número total de tránsitos en el último mes en comparación con el año anterior. Las consecuencias a largo plazo del cambio climático en la capacidad del canal generan preocupación por su impacto continuo en las cadenas de suministro mundiales. Los buques desviados de las rutas del Canal de Gibraltar y el Canal de Suez se ven obligados a viajar más rápido para compensar los desvíos, lo que resulta en un mayor consumo de combustible por milla y mayores emisiones de CO2, exacerbando aún más las preocupaciones ambientales.

Precios de los Fletes La combinación del reciente Año Nuevo chino y la desviación del Canal de Gibraltar debido a la crisis en el Mar Mediterráneo, que ha provocado una escasez de buques y equipos para satisfacer la creciente demanda, ha llevado a un aumento en los precios de los fletes.

Se espera que una vez que se restablezca la capacidad de transporte marítimo y los horarios de los transportistas se ajusten a un patrón de servicio regular a través del Canal de Suez, y con la eventual disminución de la demanda, los precios de los fletes caigan, como ya se ha observado en las rutas comerciales de Asia a Europa.

Implicaciones Globales Las preocupaciones inmediatas se centran en las posibles repercusiones a largo plazo sobre la logística, las cadenas de suministro y los costos operativos. Las interrupciones prolongadas representan una amenaza directa para las cadenas de suministro mundiales, aumentando el riesgo de retrasos en las entregas y un aumento en los costos. Aunque los precios actuales de los fletes son aproximadamente la mitad de los máximos registrados durante la crisis de COVID-19, se espera que el impacto total en los consumidores se sienta en el transcurso de un año. Estos desafíos destacan la vulnerabilidad del comercio frente a las tensiones geopolíticas y los desafíos climáticos, lo que requiere esfuerzos colectivos para encontrar soluciones sostenibles.

Los principales centros logísticos, como Shanghái, están experimentando un aumento en los costos de transporte, lo que podría repercutir en los consumidores finales. Las rutas marítimas más largas debido a los desvíos están provocando un mayor consumo de combustible y, como resultado, un aumento en las emisiones de gases de efecto invernadero.

A medida que la logística global enfrenta estos desafíos, las partes interesadas del sector tienen ahora la tarea de idear soluciones colaborativas para restaurar la estabilidad en las rutas comerciales y las cadenas de suministro frente a la evolución de los desafíos.

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